¿Por
qué buscar la felicidad? porque puedes. Tal vez sea por azar o porque ese día
los astros se alinearon de una forma determinada, quien sabe, tal vez porque “Dios
lo quiso”, pensaría un creyente. La cuestión es que naciste con una
característica muy especial, naciste como ser humano. Y además de esa certeza,
también estoy seguro de otra, de que tú estás ahí ahora, frente a las páginas
leyendo estas líneas. ¿Y qué quiero decir con esto? pues que si tienes esa
capacidad significa que eres un ser privilegiado, de entre las miles de
especies que habitan este planeta, tú perteneces a aquella que posiblemente
tiene más opciones de disfrutar su existencia, incluso a través de la lectura
de unos símbolos impresos en una hoja. Y es que pudiste nacer gusano, incluso
ameba, o tal vez gorrión, pudiste nacer coliflor o manzana, quien sabe, quizás
como pulpo de ría, puede que hasta jirafa, pero el caso es que naciste como ser
humano. Una obviedad para ti y los que te rodean, pero es una cuestión que
llegamos a olvidar en tantísimas ocasiones que dejamos de percibir las
posibilidades que eso supone.
Vives el momento presente, mientras el tiempo va
transcurriendo impasible, monótono, nunca sabes cuándo se va a terminar para
ti. Así funciona esto. Puedes aprovechar la oportunidad que te ha tocado, la
que tienes entre las manos, vivir tu vida para ser feliz conscientemente o
dejarla pasar a expensas de que el azar se cruce en tu camino con situaciones
que te agraden. Conseguir ser feliz no supone alcanzar una meta determinada,
llegar al final de algo, eso como mucho nos hace sentirnos felices,
momentánea y puntualmente.
Llegar
a la felicidad, ser feliz es una forma que tienes de vivir la vida, es
algo que se aprende, y una vez aprendido forma parte de nosotros, de ti, de lo
que eres. De forma natural, con sencillez. Ser feliz conlleva interesarse por
los aspectos que nos rodean, por las personas con las que nos relacionamos,
aprovechando los pequeños y grandes momentos que vivimos.
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